“¿También el consuelo de humillarse
incurre en las voluptuosidades de costumbre
o es un principio válido?
[…]
Es un hecho que existe complacencia en la propia humillación.
Parece imposible distinguir si se goza voluptuosa o trágicamente.”
Cesare Pavese ― El oficio de vivir
incurre en las voluptuosidades de costumbre
o es un principio válido?
[…]
Es un hecho que existe complacencia en la propia humillación.
Parece imposible distinguir si se goza voluptuosa o trágicamente.”
Cesare Pavese ― El oficio de vivir
Rezar para que no llegue nadie que rompa
este plano necesario de
evocación wordswothiana [sic.]
o de auto humillación [sic.]
o de auto humillación [sic.]
donde el ambiente se carga fatigada y necesariamente de una
melancolía nunca del todo ficticia. la razón es simple: la mecanización de las
pasiones lleva a un estado inesperado en términos absolutos
e improvisar ante un imprevisto absoluto nunca resulta
fácil/gusta a aspirantes de soñadores, almas rectas y cuadradas que disfrazan
su hedonismo más primario tras una máscara de liquidez baumaniana
este plano necesario
de dolor y castración en que la incapacidad y la mediocridad de plasmarlo sale de nuevo a la luz,
uno llega a plantearse el porqué de entrar en islas des(habitadas/oladas) en dónde
a)
no conoces el terreno
b)
tu desnudo deviene causa y consecuencia de a)
c)
quedas en ridículo (causa directa de a) y b)).
este plano necesario en que quedas en ridículo y lo sientes
y lo asumes y haces mofa de ello para darle una vuelta de tuerca que no
significa ni más ni menos que instinto de conservación de una supuesta
virilidad que
llevas
llevas
de serie
(eso sí
crees que a tu pesar).
o wordsworth mentía o no tengo opción de ingesta psicotrópica.
(o la poesía de WW ha pasado a la historia y tú simplemente eres un imbécil que ha(s) descubierto que lo era/e(s).)
este plano necesario de tus ojos incrédulos tu mirada verde musgo y tu boca semiabierta mientras yo intento contarte patética e inteligiblemente en qué consiste la cara de póquer masculina en una →cita← cuando tú verbalizas con total normalidad Pasaré el findesemana con mi n o v i o [sic.] (en que la n es un cuchillo, la o un machete, la v una serie de shurikens, la i un kukuri nepalí y la o se disgrega en bayeta y disolvente para no dejar rastro de la escabechina representada a continuación en una sucesión temporal continua en tres estados: Planificación, #”·$”·&/, I an fi ac´ n)
y es cósmicamente necesario que tú no te hayas dado cuenta de ello, de que estoy descolocado y no contenta con ello descolocas esta descolocación sin que esta segunda descolocación coloque/elimine la primera sino que la desdescoloca, estoy desdescolocado cuando tú verbalizas con total normalidad Es una relación a b i e r t a [sic.] (en que aplicas contra toda posible ley moral de la guerra el uso intempestivo de armas de destrucción masiva) y es cosmológicamente necesario y una jodida utopía que tú no te hayas dado cuenta de ello pero por si acaso yo te lo cuento mientras voy adentrándome lenta y decididamente en el negro pozo de la ridiculez mas abyecta y cruel ante el sorprendente telón de tus dientes finos blacoamarillos seductores y atrayentes a partes iguales que dibujan una semisonrisa de
a)
incredulidad
b)
vergüenza
c)
b) (ajena)
de fondo y que no hacen sino enrarecer el momento o distraer un
discurso entendido como [pseudo]explicación de una improvisación que se me da
un poco peor que fatal [supra.] y que
simboliza nada metafóricamente el desnudo integral de alguien que recorre,
perdido, una isla des(conocida/habitada/olada)
sin estar acostumbrado a improvisar/ocultar la causa
primera de la →cita←
que por
y para
algo lleva
flechitas, joder.
y no, no tengo puta idea del siguiente paso. únicamente
Rezar para que seas tú quien tome la iniciativa porque creo que en 3 ó 4 días tenemos otra →cita← en dónde dudo si llevarme bolsitas de mano para el mareo
un búnker portable
o dejarme la tontería en una esquina
aunque rápidamente pienso Ella nunca lo haría y traeré mi tontería y mi sonrisa de imbécil integral que no sabe cómo actuar ni salirse de un primer camino trazado mental y anteriormente (sobre todo por las noches, en la cama, con una mueca de ilusión bajo la nariz) y que ha sido doblemente descuartizado.