arremete de golpe y, sin previo aviso, contra tus sueños contracturados,
contra tus sentidos adormilados, inspirados estratégicamente
en seguir disimulando.
como si nunca
sucediera
nada.
y es que nunca nada sucede
y los cristales se rompen al contacto con la piedra
y los cristales se quiebran y se siguen agrietando y el líquido por ahí se cuela
y todo el mundo te demuestra que la realidad es más líquida y más roja que la sangre
de tu labio que ahora tragas y que nunca sabes adivinar si te gusta el sabor.
la melancolía va ocupando terreno y hay que poner música, Alex, dice Anna, antes que la melancolía lo domine todo.
como si...
me siento tan...
las cosas son demasiado...
y Alex Dis-moi une chiffre y Anna ¿quoi? y Alex , D'acord trois
y uno, dos, tres...
voilà: (abre bien los ojos)
nunca has amado de verdad.
y resulta que pensar estratégicamente no funciona, y ahora te das cuenta, y veintisiete años son muchos como para cambiar a estas alturas,
y eso te da miedo.
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