10 dic 2011

(sólo la condición divergente con todo lo acaecido hasta el momento debería poder revelar de por sí la condición definitiva de mi nuevo rol.)

creo que voy entendiendo: quiero que me seduzcas. quiero ser seducido.
quiero ser yo el insecto en lugar de tejer mi telaraña desconcertantemente abominable de aciertos constantes y artificiales.

quiero que tu mundo esté tan jodidamente plagado de tal romanticismo tan poco abstracto que me abstraiga total y absolutamente de mis sentidos, proyectando como única meta
de mi puta realidad
entrar a él por la puerta grande. abandonarme, ingenuo y confiado, a su visión.

quiero representarme a mí, que hacer de mí sea mi papel y quiero que este Yo nuevo que soy requiera que seas tú quien me quiera en Tu Vida.

necesito que la ansiedad sea insoportablemente pasiva por mi parte. que venga ella a mí, que cobre vida, que sea La Ansiedad y me intoxique dulcemente hasta hacerme adicto sin la menor idea de serlo.

quiero acabar con el Narcisismo primario que me precedía, buscador incansable de la momentánea y fugaz catarsis.
que el Narcisismo más trivial dé paso a un narcisismo secundario mucho más complejo, mucho más denso y perenne, de explosión permanente, salvando el oxímoron.
necesito este narcisismo secundario para quedar libre de toda culpa. necesito que el narcisismo que a ojos ajenos nunca deja de serlo, no sea, seguro, infundado.
sólo así,
a ojos ajenos
queda indultado.
(en el fondo sigo siendo yo quien te lo pide, sigo siendo yo quien te lo implora y no dejo de ser yo quien lo estimula pero sólo así,
a ojos ajenos,
queda indultado.)

sedúceme no por vagancia ni por falta de implicación por mi parte.
sedúceme porque necesito que así sea, y que aceptes todas las reglas.
aunque no sea un juego.

ahora falta creérmelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario